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10 de diciembre de 2011

Aguantar carros y carretas

Aquí estamos, para aguantar carros y carretas. Para hacer frente a lo que llegue. De la mejor manera posible, si la razón nos acompaña.
Que dos tetas tiran más que dos carretas, que el carro va lleno, que el carro va vacío, que la carreta se queja, que la carreta es una carretilla, que te quieren poner el carro delante del caballo...
Huyendo de la educación judeocristiana a la que como otras muchas generaciones ha sido sometida la mía, podría arriesgarme a decir que, en estos momentos de mi vida, todo fluye y transcurre de la mejor manera posible. Y ésto, según la educación recibida, no puede ser normal.  Todo transcurre dentro de los términos que mi concepto de la relatividad permite tolerar, comprender y aceptar. Éso es positivo, es  bueno y me debería alegrar.
Si todo fluye, no debería sufrir. 
Sufrir por contagio ajeno es lícito y sincero, pero sufrir gratuitamente, a ciegas y  por anticipado es un legado difícil de disipar. ¡Qué herencias, qué temores!
Lacra, peso, tormento.
Qué mejor que disfrutar del presente y aguardar a lo que esté por llegar.
El puente se está acabando. De momento, todo parece estar controlado..., así que me voy a pasar la tarde con mi marido y a gozar de mi ciudad en estas fechas.

3 comentarios:

  1. Es difícil no adelantarse a los acontecimientos aunque sepamos que no lo debemos hacer.

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  2. El ser humano es el único ser vivo que padece por lo que aún no ha sufrido. ¡Y así nos va!

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  3. ...y que tropieza siempre con la misma piedra

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