Seguidores

9 de julio de 2011

Mi niño yuntero. Raíces (I)

Campos de Torredonjimeno
Niño yuntero en el campo
de sol a sol trabajando
una tierra rica y fértil.
Jornalero, jornalero:
a unos pocos enriqueces
doblando siempre la espina
y con el sudor de tu frente.
El azar, un sorteo, una época,
la mili, un destino,
trajo a mi padre hasta aquí. 
Un mundo nuevo conoce:
perspectivas, ilusiones, 
futuro, porvenir.
De soldado. De servicio.
Del cuartel, el botiquín.
A un labriego, bata blanca.
De sanitario aprendiz.
El capitán médico le aprecia
y, al licenciarse,
un trabajo aquí le ofrece.
Cambia el campo por asfalto,
no se lo piensa dos veces.
Aun a riesgo de infortunio,
desarraigo y soledad,
se aleja de los suyos:
valentía y voluntad.
Con una triste maleta,
mil recuerdos e ilusiones, 
atrás deja su tierra
de terrón y  buen aceite,
de troncos retorcidos,
de caciques señoritos
y, sobre todo, a su gente.
Una novia en el pueblo espera.
Cartas van, cartas vienen.
Barcelona lo acoge,
lo enamora, lo enloquece.
Cinco años pasa solo
hasta que a su tierra vuelve.
Allí su boda le espera
y bien acompañado vuelve.
De proyectos, su ajuar
y deseos e intenciones 
de fundar su propio hogar.
Aquí se adapta, se afianza.
Se convierte en "un altre català".
Miguel Hernández, Machado..., poetas que a Jaén han cantado. 
Éste mi propio homenaje a mi tierra, a su gente y sobre todo a la valentía y al coraje de mi padre.