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11 de noviembre de 2012

Oh my God!

De 1 a 99 años.
3 jugadores: un bebé, un adulto joven y un adulto mayor, a poder ser la abuela.
El juego consiste en lanzar el bebé al aire y recogerlo en su caída libre al tiempo que el pequeño se ríe a carcajadas y el adulto mayor, con gestos desencajados, emite continuas y preocupadas exclamaciones.
¿Cómo se llama el juego?
Exactamente.
- Mamá, mamá, quiero el "Dios mío".
-¿Que quieres qué?
-Sí, el juego de los tetes con la iaia.
!!!
No contentos con el "arre, arre, caballito", el "cu-cú tras",  "los cinco lobitos", "aserrín aserrán", "date, date, date, date en la mochita", "palmas, palmitas", "las cabritas de Juan Serrano", "este puso un huevo...", "hasta dónde estás de la mama", "corre, corre que te pillo", llevarlo al parque y otros tantos divertimentos...
No contentos con  celebrar las fiestas remojándole el chupete en cava...
No contentos con distrutar como enanos del sobrino...
No contentos con dedicarle tiempo y tiempo...
No contentos con derrochar cariño con el niño..., va e inventan un juego: el "Dios mío" (Oh my God!)
Juego de estimulación precoz donde los haya que también formaba parte del repertorio de sus padres.
La genialidad. que en este caso va estrechamente unida a la verborrea infantil del niño en cuestión, el nombre del juego.
 ¿Lo pantentamos?

Con cariño a esa tata primeriza y a ese tete
 que, experimentando con cariño la gravedad,
recibieron de un sobrino
tantas sonrisas,
 carcajadas,
 "más, más, más".. y otras lindezas.
 (Aparte del gran legado consciente y subconsciente que le acompañará miestras viva)

Dedicado a todos los tíos y tías, tetes y tatas, consanguíneos o afines,  primerizos o no, con y sin hijos, que tanto han disfrutado y disfrutan de esos locos bajitos que llegan, se instalan y llenan con cariño sus familias. Me incluyo.

Imagen: foto familiar de tata y sobrino jugando al ¡"Dios mío"!