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16 de diciembre de 2011

...de este agua no beberé

Que viva el refranero.  Nunca, nunca, nunca se puede decir que "de este agua no beberé". ¿Quién me lo iba a decir a mí? Tradicional a mis raíces, fiel a mi tierra y a mis principios. Tolerante y respectuosa, pero enraizada a mis costumbres. De la tierra, de nuestro entorno, nuestra cultura.
En mi infancia, de los regalos navideños se encargaban sus Majestades los Reyes Magos de Oriente (Melchor, Gaspar y Baltasar)  y, de mayor, se añadió el Tió (personaje mitológico catalán que caga caramelos la noche de Navidad). 
El personaje de Papá Noel, versión asiática o nórdica según la fuente que se consulte y a quien curiosamente la Coca Cola le cambió el traje en 1931, visitaba otros hogares. 
Y así fue cuando niña, joven o madre.
Hay que repartir los recursos ¿no?. Pues en casa, la tradición  española y catalana.
Pues ¡ala! (interjección, sí, interjección). No se puede decir de este agua no beberé. 
Inculcando a tus hijos costumbres locales... y el mayor, estudiante que se agarra al primer trabajillo temporal que se le ofrece, se ha convertido en ayudante de Santa. Eso sí, de un Santa en época de criris (lo digo por el contorno estilizado)
Pero, sea como fuere... está muy guapo (con pasión de madre) y ¡qué alegría cuando visita (y se queda, evidentemente) mi hogar todas las noches!

Y... es que no hay dos sin tres
Mis Reyes
Mi Tió
Mi Santa