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13 de febrero de 2012

Sábado emotivo

Érase una vez un cuento del revés.
Érase que se era un padre y una madre muy FELICES, muy CONTENTOS y SATISFECHOS. 
A las tantas ya de la noche, la madrugada del día 12 de febrero de 2012, conversan en el sofá. Pasan revista al día, hacen balance y valoran.
Se sienten ricos, privilegiados, con los bolsillos repletos de todo aquello que no se puede comprar.
Su poder de convocatoria, el apoyo sincero y desinteresado recibido, la respuesta, la complicidad, la ayuda, el respeto y el cariño de un grupo familiar y amigo han desbordado hoy las espectativas de esta bonita historia.
El personaje principal, por supuesto, su muchacho de ya 18 años.
Hoy ha sido el gran día. Un grupo de más de cuarenta personas lo esperaba con sigilo y emoción. Abanico generacional. Tiempo dedicado.
¡SORPRESA!
¡CUMPLEAÑOS FELIZ!
Cada uno en su sitio, un sitio para todos, todos en el lugar de todos y un objetivo en común. ¡GENIAL!
Ha pasado poco más de un mes desde que se empezaron a mover los hilos: mensajes, correos, preparativos, encargos, compras, ilusiones, secretos, nervios, proyectos, emociones, miedo a la respuesta, miedo a dejarse algo en el tintero. 
"Voy a cumplir los 18, ¿me haréis a mí también una fiesta sorpresa?
El pequeño se les ha hecho mayor.
Llenó, junto a su hermano, sus vidas.
El doce de febrero de 1994 completó su hogar e inció su andadura.
Desde entonces, vivieron felices, comieron perdices, a mí me las dieron y SÍ que las quise.
El niño feliz, los padres también... colorín, colorado, este cuento se ha acabado.