Seguidores

18 de enero de 2013

Actualizando el perfil (I)

Fui fan de Reina por un día y del costurero de la Señorita Pepis.
Lo que recuerdo de la nevada del 62 creo que es lo que me han contado.
Los dos rombos en la tele me mandaban a la cama.
Me gustaba la Casa de los Martínez.
Me daba morbo ¿Es usted el asesino?.
Mis siestas veraniegas estuvieron presididas por la Carta de Ajuste.
Jugué en la calle hasta hartarme.
Siempre hice los deberes.
Sacaba buenas notas y era muy feliz llevándolas a casa.
Hacía caso a mis maestras.
Me dolieron las anginas hasta que me las extirparon.
La hora de la comida era una tragedia griega para mí... y para mi madre.
Mojé la cama muchos años.
En el cole, los días de fiesta, nos ponían películas de Marisol y del Cordobés.
El cine de verano y las siestas en el pueblo, fantásticos.
Llevé plantillas y zapatos ortopédicos con la ilusión de calzar tacones algún día.
Me dormía después de rezar un Jesusito de mi vida.
Llevé uniforme durante diez años.
En mi casa mandaba mi padre y mi madre.
No me caía bien el Capitán Tan.
Jugaba a votar en Eurovisión.
Las películas Adiós cigüeña, adiós y el libro Primer amor, primer dolor (de Martín Vigil) me llevaron a la adolescencia.
Mi primer aparato de música llegó con El jardín prohibido.
En párvulos, como no veía bien la pizarra, me levantaba.
La Familia Telerín también me mandaba a la cama.
Con poco me conformaba.