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2 de septiembre de 2011

El por qué de algunas cosas (I)

Pienso, luego existo (como diría Descartes).
De vez en cuando, vienen a mi mente preguntas las respuestas de las cuales no logro encontrar. 
No es que ésto me suponga un problema, pero algunas de las cuestiones se reiteran contínuamente en mi mente y, aunque algunas estén argumentadas, yo sigo sin entender el por qué.
Voy a exponer las que ahora recuerdo, a ver si alguien me puede ayudar.
¿Por qué los médicos se ponen una bata si no se la abrochan?
¿A qué edad se jubilan los Papas?
¿Por qué el nombre de "Jornadas Mundiales de la Juventud", si no estaban todos los jóvenes representados? 
¿Por qué pagan el pato de la crisis con más recortes los más pequeños (educación) y los más mayores (sanidad)?
¿Por qué un partido socialista convoca elecciones generales un 20 N?
Si se tiene un perro de tamaño importante, ¿se lleva de visita?
¿Qué se responde cuando te hacen una pregunta estúpida?
¿Por qué a veces te hacen preguntas, pero no les interesan tus respuestas?
¿Por qué cuando hablas de algo importante para tí surge alguna cosa que hace interrumpir tu discurso?
¿Por qué hay quien cree  que algunas cosas se hacen sin interés de recibir nada a cambio?
¿Por qué es tan fácil acordarse sólo de Santa Bárbara cuando truena?
...
De pequeña me hice una colección (no recuerdo si la comencé o no en septiembre) de cromos que salían en una conocida marca de pan: "El por qué de las cosas". Me apasionaba. La completé. Yo era de aquellas niñas que intercambiaba cromos en el recreo o en la puerta de la escuela, costumbre que ha llegado hasta nuestros días. Era muy interesante.
Quizás habría que recurrir a una edición especial que me pudiera ayudar ahora, que ya soy mayor, a resolver algunos enigmas.

(Imagen 1: círculodeotto.blogspot.com)
(Imagen 2: recuerdas.es)