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22 de mayo de 2011

Homenaje a MIS MAESTRAS (I)


Entre todos mis recuerdos, que no son pocos, emergen figuras que bien merecen un homenaje para pagar una deuda de gratitud: mis maestras.
Empezaré por el principio: un lugar, el colegio.
Cursé Parvulario y Educación General Básica en un colegio de monjas de mi ciudad. Monjas franciscanas que me enseñaron mis primeras letras, dominaron mi atención para fijarla en el cuaderno o en la pizarra,  me ayudaron a iniciarme en el mundo de los afectos sociales y cultivaron en mi una espiritualidad en continuo progreso y desarrollo.
Me inculcaron: espíritu de sacrificio, dedicación, esfuerzo, tenacidad, constancia, amor propio, pulcritud, ganas de aprender, orden, disciplina, organización,  resignación... (creo que la genética y los valores de mi familia también participaron en ello)
Congregación católica, apostólica y romana. Sin embargo, avanzada a su época, quizás debido a su origen mayoritariamente vasco, con quien nunca cantamos "El cara al sol" ni rezamos el rosario. Eso sí, la sombra del catecismo, de los tabús y del pecado sí cayó sobre todas nosotras.
Mi colegio fue el lugar donde tomé consciencia por primera vez de las diferencias sociales, aunque todas vistiéramos de uniforme (el pichi que nunca rellené, la blusa blanca, la bata rosa, el abrigo azul).
Filas impolutas, levantarnos para saludar, los voluntariados, el postulado.
La necesidad de confesarnos los primeros viernes de mes para perder clase, tres Ave María, un Padrenuestro, la capilla, el sermón, las pregarias, los cantos, la comunión.
El patio: las pistas,  el claustro con la imagen de la Virgen de Fátima al fondo, y sus pastorcillos, y la máquina de monedas de Coca Cola, y la casa vieja. "No te ajunto", "¿Me ajuntas? . A la comba, a las gomas, al corro, a básquet, a matar. Las fiestas, las películas de Marisol, los altavoces, la música,  bailar.
 El mes de María, la tarde de fiesta del día de mi santo, los villancicos, las misas de campaña en el patio, las excursiones, los viajes y... sin duda,  ELLAS: MIS MAESTRAS.
Afloran en mi mente nombres importantes. 
ELLAS, mis maestras monjas:
Sor Antonia, que descubrió mi incipiente miopía. Sor Carmen, con quien descubrí, no con grata satisfacción, que mi nombre es de los últimos de una lista antes de conocer el abecedario. Sor Adoración, con quien me aprendi las tablas de multiplicar. Sor Alegría, de quien recuerdo haber aprendido a dividir y a redactar. Quien nos preguntaba la lección en fila y lo emocionante que era ganar puestos para estar siempre delante y no retroceder jamás. Sor María, con quien me inicié en labores y trabajos manuales y gracias a quien pude alcanzar un nivel de francés con el que nunca imaginé poder vivir de rentas tantos años después. Sor Flora, quien me introdujo en la literatura. Quien me presentó a Azorín y su estilo escueto y sencillo. Esas "frases cortas" que adoro y tanto me gustan. Sor Rosario, que nos llevaba de viaje y de excursión, con quien hice mis primeras prácticas y quien me ofreció mi primer trabajo como maestra.
(...)
ELLAS, mis primeras maestras laicas:
La señorita Rosario, de quien envidiaba sus largas y perladas uñas. Sus Ciencias Naturales. Quien nos dio las primeras clases expectantes de anatomía y reproducción. Pilar Sambola, su estilismo y las sociales. Montserrat Freixes, quien nos tendió un primer puente hacia la tradición con las canciones populares catalanas. Su música y las sesiones de canto en el coro. La seño Núria y la gimnasia: el potro, el plinton, las colchonetas,  el puente, el pino, la rueda., las danzas y las carreras. Alineadas, bombachos azules (pantaloncillos cortos de espuma) y camiseta y deportivas blancas.
(...)
Niñez y primera adolescencia. Ingenuidad, obediencia, conocimientos, disciplina y respeto.

 (Imagen : lo.que.es.es.blogspot.ccom)

8 comentarios:

  1. Debe de ser un orgullo que alguien te pueda recordar después de tantos años.

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  2. Yo no sé qué me pasa, pero de un tiempo a esta parte afloran a mi mente muchos recuerdos de la etapa del colegio. A veces hasta me sorprendo, porque empiezo a tirar del hilo y detrás de uno sale otro.Debe ser que ya estoy preparada para escribir mis memorias.
    Yo era buena escolar. Me gustaba aprender y hacía mucho caso a mis maestras.Sí debieron ser algo importante para mí, porque transcurrido tanto tiempo, sólo me vienen a la mente palabras de cariño y gratitud.

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  3. Como se suele decir hoy, yo afirmo que no sólo eras una buena escolar, eras una alumna brillante y muy disciplinada. Todo lo contrario a mí, todavía hoy recuerdo y recorro los pasillos y rincones en los que "reflexionaba" y ultimaba los deberes. Reconozco que era un trastillo. Suerte que cuando dejaron de compararme contigo y de llamarme "Serranito pequeña", me puse la pila alcalina. Aún así también las recuerdo.

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    1. Mentre llegia el comentari he pensat: caram! parla de la meva escola, de les monges que vaig conèixer i de les mestres amb qui vaig créixer. És molt bonic el que dius i també molt cert, jo tinc bons records de les monges, potser perquè no era massa "trasto" i no donava problemes. Recordo amb especial estimació la senyoreta Mary i sobretot la senyoreta Roser, era com la "mami" de les mestres. No de igual manera la senyoreta Pilar Sambola, a qui agradava tractar-nos amb menyspreu. Anys després vaig entrar a formar part del professorat, junt amb un grup de companyes amb qui amb il·lusió tractàvem de ser unes bones mestres. Després de vint-i-sis anys puc dir que malgrat que els alumnes han canviat molt, crec que no em vaig equivocar volent se mestra, perquè ho ets o no ho ets, els títols només són papers.
      Una salutació per a totes les mestres, les d'abans, les d'ara i força per a les que ho seran! (Teresa)

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    2. Hola, Teresa,
      Tot un plaer rebre't en aquest espai de reflexions.
      Gràcies pel teu comentari.
      La nostra va ser una història bonica. Ens van tractat molt bé (jo no era "trasto" tampoc)
      Malgrat treballar a l'escola pública, me n'alegro molt d'haver iniciat el meu ofici a l'escola on em vaig formar i créixer.
      Tens raó: la nostra és una tasca que s'ha de sentir. Per això, em va venir tan de gust rendre aquest senzill homenatge a la figura de les meves (les nostres) mestres.
      Petonets.

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  4. Yo me acuerdo cuando una monja me dijo... te mereces un sobresaliente pero no te lo doy para que te esfuerces.... no lo encontré justo y esto es para destrozar a una personita en desarrollo como eramos niñas.... colegio sanfrancisco de asis de bcn

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  5. Me ha llamado la atención la cantidad de visitas que recibe esta entrada. Como su título indica, se trata de un homenaje. Homenaje a mis maestras porque yo las recuerdo con cariño. De mayor compartí su oficio y me siento orgullosa de ello... y por qué no, también de ellas.
    Apenas recuerdo episodios negativos, y si los hubo, el tiempo y las cosas positivas los relegaron hace mucho tiempo. Extrapolar nuestros recuerdos a la actualidad es inverosímil. Eran otros tiempos, pero a mí me gustaría volver a vivirlos: con Sambola y sin Sambola.
    Un beso.

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  6. Es maravilloso que recuerdos mas gratos me trae de mi colegio.

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